¿Murió mi generación? Dice David Trueba que uno se hace mayor el día en que su ídolo futbolístico de la infancia cuelga las botas y otro nuevo, de menor edad que el mismo individuo, pasa a sustituirlo. Seguramente ése sea un buen dato a tener en cuenta, pero también otros.
Hoy Sony ha anunciado que deja de fabricar el Walkman. La noticia me ha “sobrecogido” a las 19.00 horas, recién llegado de la facultad. Y automáticamente cientos de proclamas han invadido mis ojos. Mensajes funerarios: “Sony entierra el Walkman”, “Cronología de la muerte del Walkman”, “Muerte al Walkman ¡Viva el Ipod!” o “Un minuto de silencio, muere el Walkman”. Pero el titular que de verdad me ha hecho pensar en el fin de una época ha sido “Acaba la era del Walkman”. Sin olvidar el típico “Stop, muere el Walkman”.
Inmediatamente me he acordado de las cintas, de la cara A y B, de rebobinar, de Héroes del Silencio sonando por los cascos cuando apenas contaba con 12 años, la palabra “cassetes” y finalmente, de la torre de cajetillas de Manolo Escobar esperando a la entrada de la gasolinera.
Después de enterarme de la noticia, he cogido de nuevo un boli y lo he vuelto a introducir entre las ruedecillas y el plástico de las viejas cintas ¡Qué sensación! He cogido un adhesivo y lo he pegado en la Cara A: “No se ha retirado el ídolo futbolístico de mi infancia, pero si se ha empezado el principio del fin de una época”, o al menos, eso indican algunos datos. Amén.