martes, 21 de diciembre de 2010

Dos cafés


Dos cafés se posan sobre la mesa. Se miran detenidamente, se observan, pero no se atreven a hablarse. Ocultan la mirada, descubren sus ojos e intentan ver por los del otro ser. Mientras tanto, a su alrededor oyen el rumor de las palabras, escuchan el susurro de tímidas sonrisas, el palpitar de algunos corazones y el siempre cálido ambiente de una buena compañía.

Ambas guardan el calor bajo una taza blanca, fina y brillante. Ambas se encuentran encerradas bajo una nube de sentimientos, bajo un tormento de sensaciones y nunca bajo un sombrero de ilusiones. Nacen para morir y a la vez dan la vida. Transmiten tranquilidad y a la vez son un mar de nervios. Dos polos opuestos que unen y separan por igual.

Entonces él toma un sorbo. Y se hace el silencio.
Ella, movida por su impulso toma otro. Doble silencio.

Dos sorbos, dos tazas, dos corazones. Dos individuos que beben con cuidado mientras piensan. Mientras ordenan sus ideas, mientras deciden cuál va a ser la siguiente frase que se dirijan. Un mar de dudas en busca de un barco donde encallar.

Dejan las tazas. Ellas se miran la una a la otra. ¿Cómo es?, le pregunta la taza de la que ha bebido el chico a su compañera.

“Delicada y frágil en sus movimientos. Suave al acercarme a su boca, sensual al acariciar sus labios, refinada al probar mi manjar, sencilla al separarse de mi piel y pulcra al dejarme sobre la base”. Y ¿Cómo es él?

“Firme al coger el asa, sencillo al acercarme a su ser, sutil al degustar mi esencia, perfecto y exacto al dejarme descansar en la misma posición en la que lo hacía con anterioridad”.

Llegado el momento, la mesa se mueve ligeramente. Algo ocurre alrededor. Ambos, él y ella, ella y él, acercan sus manos, las estrechan, las aprietan con esmero y las frotan con el fuego de la luz. Se oyen susurros, el latido del alma. Toman otro sorbo. Los dos a la vez, los dos juntos. Y vuelven a dejar las tazas.

Una de ellas pregunta, ¿Cuánto te queda?.
Poco, muy poco, apenas un pequeño sorbo. ¿A ti?
Igual.
Por cierto, ¿Qué le ha dicho él a ella?

La pregunta se queda en el aire. Algo se vuelve a mover. Sus manos siguen unidas, pero no paran de acariciarse en un lloro quebrado y eterno. Finalmente se separan. Algo cae sobre el mantel. Toman otro sorbo. Las dejan con rapidez y con angustia. A la vez mueven las sillas con brusquedad. Suena el chirriar de las patas. Se dicen adiós.

Sobre la mesa dos anillos heridos descansan por separado. A su lado, dos cafés han dejado de hablar esperando otra oportunidad. Otra oportunidad de dar la vida o la muerte, de dar la tranquilidad o el nerviosismo necesarios para existir. Otra oportunidad para unir y separar a partes iguales. Una nueva oportunidad.


jueves, 25 de noviembre de 2010

El mejor Madrid acaba con el peor Olympiacos


España no es Grecia. La cantinela la llevarán oyendo desde hace un tiempo en los telediarios. Y aunque ahora nos quieren comparar con Irlanda. El dicho, la ley y la convicción del Gobierno se puede aplicar hoy al baloncesto. El Real Madrid, así lo ha grabado en el corazón de uno de los grandes de Europa, Olympiacos (82-68).

Los helenos se encontraron de principio a fin con un equipo serio. Contundente, a ratos brillante. Perfeccionándose continuamente a base de la conjunción de todos sus miembros. Hasta 7 jugadores anotaron durante el primer cuarto. Comandados por un Tomic muy acertado, por un Felipe enchufado y un Sergio Rodríguez bien acompañado por Suárez.

Cambio el juego respecto al Charleroi, y cambio el resultado. Ganó por 10 la primera manga (24-14) y por 8 la segunda (42-34). El único borrón de esos dos periodos fue la técnica a Messina, que metió a los griegos en el partido. Sin embargo, tan solo fue reflejo de la imperfección de un equipo que funcionó como un reloj.

Todo fueron buenas noticias para el Madrid. Ajustó cuentas con uno de los grandes de Europa. Confirmó la reaparición de Prigioni con triple incluido. Se puso 4-2 empatando en el grupo con los del Pireo. Y se reafirmó en calidad de candidato al título.

El Real Madrid firmó su mejor partido del año sustentando su victoria sobre una mesa de tres patas: Sergio Rodríguez (19 puntos), Llull (16 puntos) y Tomic (12). El “Chacho” volvió a ser el base que salió del Ramiro. El mismo que poco años después, tras jugar una final de ACB, emigró a la Liga de los sueños, la NBA. Ahora ha vuelto, y lo ha hecho dando su mejor versión.

La reaparición del canario ha venido acompañada de la del equipo entero. Perfecto en el Pick and Roll, -bien aprovechado por Tomic-, y perfecto en defensa. Messina tan solo animó a los suyos a mejorar en ataque en el último cuarto. Porque en el tercero la diferencia siguió manteniéndose (58-50), la cuerda continuó cerca de los 10 puntos y sirvió de impulsó para hacerse con la victoria.

En el bando contrario el más peligroso fue Teodosic (21 puntos). Demostró con creces en la Caja Mágica porque fue nombrado el mejor jugador de la Euroliga el año pasado. Y así lo dejó entrever su entrenador, Ivkovic, que apenas prescindió de él durante el partido.

Spanoulis fue el otro destacado (11 puntos). Y Papaloukas el sacrificado. El jugador griego, aquejado por molestias, tuvo que entrar del banquillo ante los apuros de su equipo. De nada sirvió.

Real Madrid: Tomic (12), Prigioni (3), Suárez (8), Reyes (10), Mirotic (0), Rodríguez (19), Velickovic (0), Garbajosa (5), Vidal (0), Fisher (5), Llull (16), Tucker (4).

Olimpiacos: Papaloukas (3), Nesterovic (10), Spanoulis (11), Bourousis (4), Kesejl (5), Mavrokefalides (10), Nielsen (0), Papanikulao (4), Erceg (0), Teodosic (21), Halperin (0), Lucas (0).

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Jaime, nueva perla del Estudiantes


Como aquel chaval que sale por primera vez a la discoteca y consigue ligar con la chica más guapa, Jaime Fernández, flamante nueva promesa de la factoría del Ramiro, debutó hace dos semanas con el Estu, y lo hizo a lo grande.

Se presentó ante todos con una bomba y dos pases mirando al tendido. El coso taurino enloquecía y la chica caía en sus brazos. Aquella noche fueron 8 puntos frente al PAOK, y la siguiente, ya confirmado su noviazgo con los colegiales, consiguió otros 11 puntos ante el Meridiano Alicante.

El chico deslumbra, y algunos medios ya le han nombrado “El 'Ricky' del Magariños”. Otros, como la grada de Vistalegre, lo comparan con Suárez y hacen cabalas sobre su futuro, inaugurando canto: “Tu serás el próximo Vikingo”, le tararea la Demencia.

El eslogan es inevitable. La protección por parte de su novia, también. El club, que en principio no contaba con él para jugar fuera de casa en la Eurocup, lo ha tenido que llevar a Francia ante la baja de Oliver. Sin embargo, lo deja al margen de las entrevistas. Ninguna declaración de la joya ¡Manténgala en la vitrina! Autarquía de una entidad que sigue los pasos del DKV con Ricky, en parte, avalado por el éxito de los catalanes con respecto a la que fue su estrella.

De momento, la nueva promesa del Magariños se dedica a seguir bebiendo agua sin piedad durante los partidos. Jugada, desgaste físico y al banquillo a por bebida hidratante. Hasta 5 veces en un cuarto. Su seña de identidad.

Mimbres de ser humano, para un joven sobrehumano. Guirnaldas de futuro, para un chico que ya se ha casado con su primera y más deseada novia, el Estudiantes. Nadie sabe si su porvenir le depara acabar con la niña más pija de la capi, el Real Madrid. Pero a día de hoy, se dedica a seguir bebiendo agua del bote del equipo de Casimiro ¿por cuánto tiempo?

lunes, 8 de noviembre de 2010

Una pequeña historia de amor



Aquí os dejo un relato que me encontré en Cuatro amigos de David Trueba:

Cuenta una leyenda china la historia de dos amantes que jamás logran reunirse. Se llaman Noche y Día. En las horas mágicas del atardecer y el amanecer los amantes se rozan y están a punto de encontrarse, pero nunca sucede. Dicen que si prestas atención puedes escuchar sus lamentos y ver el cielo teñirse de rojo de su rabia. La leyenda afirma que los Dioses tuvieron a bien concederles algún instante de felicidad y por eso crearon los eclipses, durante los cuales los amantes logran reunirse y hacer el amor. Tú y yo también esperamos nuestro eclipse. Ahora que hemos comprendido que ya nunca volveremos a encontrarnos, que estamos condenados a vivir separados, que somos la Noche y el Día.

lunes, 25 de octubre de 2010

El fin de una época

¿Murió mi generación? Dice David Trueba que uno se hace mayor el día en que su ídolo futbolístico de la infancia cuelga las botas y otro nuevo, de menor edad que el mismo individuo, pasa a sustituirlo. Seguramente ése sea un buen dato a tener en cuenta, pero también otros.

Hoy Sony ha anunciado que deja de fabricar el Walkman. La noticia me ha “sobrecogido” a las 19.00 horas, recién llegado de la facultad. Y automáticamente cientos de proclamas han invadido mis ojos. Mensajes funerarios: “Sony entierra el Walkman”, “Cronología de la muerte del Walkman”, “Muerte al Walkman ¡Viva el Ipod!” o “Un minuto de silencio, muere el Walkman”. Pero el titular que de verdad me ha hecho pensar en el fin de una época ha sido “Acaba la era del Walkman”. Sin olvidar el típico “Stop, muere el Walkman”.

Inmediatamente me he acordado de las cintas, de la cara A y B, de rebobinar, de Héroes del Silencio sonando por los cascos cuando apenas contaba con 12 años, la palabra “cassetes” y finalmente, de la torre de cajetillas de Manolo Escobar esperando a la entrada de la gasolinera.

Después de enterarme de la noticia, he cogido de nuevo un boli y lo he vuelto a introducir entre las ruedecillas y el plástico de las viejas cintas ¡Qué sensación! He cogido un adhesivo y lo he pegado en la Cara A: “No se ha retirado el ídolo futbolístico de mi infancia, pero si se ha empezado el principio del fin de una época”, o al menos, eso indican algunos datos. Amén.

viernes, 22 de octubre de 2010

Life is life


Tres generaciones. Un joven, 20 años, un adulto, 38, y un mayor, 67. Una carrera. El adulto pregunta al joven, ¿Me puedo unir?, es que me gusta ir a vuestro ritmo. El veinteañero responde, claro. 


Llega el reposo. El joven llega a su edificio. El viejo le pregunta, ¿Qué haces?, el chaval responde. Estiro.
El mayor recuerda. "Antes yo también iba a correr, jugué al fútbol durante mucho tiempo. Entonces tenía flexibilidad. ¡Mírame ahora!, un accidente me dejo sin una pierna y sin espíritu. Desde aquel momento apenas si puedo caminar. He perdido reflejos. Me cuesta respirar. Aprovecha, tu edad sólo se conserva durante algunos años. A partir de ahí todo es decadencia. Te casas, engordas. La piel se cae. Después tu mujer se va. Te empiezas a acostar con la soledad, el mundo te da la espalda y el sol deja de calentar tu piel como lo hacía antes".

Se apoya en su garrota y mira a las escaleras. Pone el pie derecho sobre el escalón, pero no consigue subir el izquierdo. Se da la vuelta. Pide ayuda. El joven se acerca, le sujeta la mano. Fría, pálida, delgada; tan solo arropada por el tímido lino del jersey.


Poco a poco suben los dos. Apoyados mutuamente en la barandilla y el bastón a partes iguales. Compartiendo el flujo sanguíneo. Sintiendo la carcoma de la garrota al tocar el suelo. El caucho del viejo pasamanos. El susurro de la noche cayendo sobre sus conciencias. El rumor de la soledad acuciando sus almas.

Ambos se dirigen una delicada sonrisa. Un escueto signo de felicidad. Un nuevo guiño de complicidad. Se acercan al final de su camino. Llegan al primer piso. Languidecen. Descansan sus extremidades. El mayor lanza una mirada al limbo. La centra, la dirige hacía el joven. ¿Cuántos años tienes?, le pregunta. 20, ¿y usted?. Averígualo. ¿Cuántos crees?, 70. Bien, lo has averiguado. ¿En serio?, no.

El mayor se da la vuelta. He llegado a mi casa. Muchas gracias de nuevo. Pero antes de nada, ¿Cómo te llamas?. Averígualo, lo reta el chaval. Juan. Bien, has acertado, responde el joven. No, ese es mi nombre, recalca el anciano.

En ese instante se da la vuelta. Se echa mano al bolsillo. Saca un pañuelo. Se limpia. Lo guarda. Coge una medalla. Pequeñita, imperceptible. Agarra la mano del muchacho. Toma, un recuerdo.

El chaval lo mira mientras el abuelito gira el pomo de la puerta. Antes, dos niños aparecen por el pasillo. Pasan deprisa por nuestro lado. Sin cuidado. Con energía y con entusiasmo bajan las escaleras. Su madre grita al otro lado de la planta ¡Niños Esperad!. El mayor se da la vuelta. Mira por última vez a Juan. Se le cae una lágrima. Cierra la puerta.

Ahora es el momento de cumplir las promesas que nos hicimos. Porque ayer no lo hicimos, porque mañana es tarde. Ahora.

miércoles, 20 de octubre de 2010

El gran olvidado de la era Zapatero


Corren días de remodelación en el Gobierno de España. Zapatero ha decidido abrirles la puerta a Corbacho y Cia y rodearse, esta vez sí, de los que al menos, saben hablar. A excepción de uno que la dirección del PSOE se guarda para un futuro más esperanzador.

Hablo del Secretario General del Grupo Socialista, Eduardo Madina. De origen vasco, y conocido por sufrir un atentado en 2002 a manos de ETA. Una bomba lapa en los bajos de su coche le dejó sin una pierna y probablemente sin su madre, que murió de un infarto diez meses después. Ahora el presidente se ha olvidado de él, yo creo que conscientemente.

Los medios, en cambio, ni siquiera lo han mencionado como posible sustituto de ZP para las próximas elecciones. En el partido lo saben y lo protegen a la espera de darle la replica a Rajoy, no dentro de año y medio, pero si a la larga. La estrategia está clara, no desgastarlo.

Lo menciono porque cumple todos los requisitos para ser parte del Gobierno, y sin embargo, está fuera. Lo menciono porque tiene imagen, tiene formación, tiene un historial a su espalda como militante y sobre todo, habla como los políticos de verdad, aquellos que eran capaces de convencer. Y lo hago porque creo que va a ser uno de los pesos pesados después de la debacle electoral que le espera al PSOE en las próximas elecciones.

Evidentemente, también lo nombró porque no creo que el Ejecutivo vuelva a remontar el vuelo y porque creo que ellos tampoco lo creen. Zapatero se ha protegido con la vieja escuela (Jauregui, Rubalcaba, Trinidad...), ha decidido suicidarse con su apuesta personal (Leire Pajín), a la que envía a Sanidad, ¡qué Dios nos pille confesados!, ha puesto a Valeriano Gómez y Rosa Aguilar, ¡a ver si suena la flauta y de paso consigue algún voto más de la izquierda! Y ha suprimido las carteras de Igualdad y de Vivienda.

La pregunta es ¿ha hecho bien el presidente? En mi opinión, sí. Pero tarde. Los nuevos son mejores. Sin embargo, no tienen tiempo. Simplemente llegan para evitar que el Ejecutivo se desangre antes de las elecciones, y que si pueden hacer algo ¡pues bienvenido sea!, al menos por nuestro bien.

martes, 19 de octubre de 2010

Vuelvo

Vuelvo. Después de diez meses sin escribir en este espacio, vuelvo. Como siempre comienzo el blog al principio del curso con la esperanza de no dejarlo morir, ¡veremos a ver cuanto dura!. Y para empezar os voy a dejar una letra maravillosa de Ismael Serrano. La canción, Volveremos, pertenece al último disco, Acuérdate de Vivir:

Puede parecer que sólo queda contar los fracasos.
Por eso aplazamos siempre el último trago.
Mientras tanto, bebo, fumo, vivo y amo.
Quizá como todos. Más bien demasiado.

Mientras tanto, ser felices es una obligación
que incumplo de cuando en cuando.
Y aunque esta ciudad, parece Fort Apache,
a punto de claudicar, de derrumbarse,
volveremos a saltar los cielos.
Y arderán las calles como antes de nuevo.
Brillará en tu piel una primavera
roja de luz color caramelo.

El tiempo incumple sus promesas, miente,
en los ojos de las más bellas mujeres.
Mientras, he visto alejarse la dulce llama
del futuro intacto, la vida aplazada.

Crecí, llegué tarde, perdí algunos trenes.
El futuro es hoy, el mañana urgente,
vi caer los muros, sangrar Palestina,
vi morir la historia, la vi renacer herida.

Vi retroceder el tiempo,
muertos en las playas, llamas en Bagdad.
Y aunque ya no somos niños,
la edad no obliga nunca a capitular.

Volveremos a tapar las calles
hasta que amanezca
con futuro y versos,
Volveremos a ser libres, puros
y tu me pondrás flores en el pelo.

Volveremos a saltar los cielos.
Y arderán las calles como antes de nuevo.
Brillará en tu piel una primavera
roja de luz color caramelo.

A colación del tema, comentar una cosa curiosa. El disco de Ismael se llama Acuérdate de Vivir y el nuevo libro de Elvira Lindo, Lo que me queda por vivir. Los títulos no se puede negar que se parecen, es más, cada uno en su registro manda mensajes optimistas y los dos, hablan del amor. Aquí os dejo dos frases preciosas y que tienen algunas similitudes:

Ismael:
La distancia y el amor tienen esa costumbre
de mezclar el amor con las ganas de sufrir.

Elvira Lindo:
Sólo el amor puede herir.
Sólo el amor puede aliviar la herida.