lunes, 21 de marzo de 2011

Día mundial de la poesía

"Yo no sabía que
no tenerte podía ser dulce como
nombrarte para que vengas aunque
no vengas y no haya sino
tu ausencia tan
dura como el golpe que 
me di en la cara pensando en vos"

Juan Gelman

domingo, 20 de marzo de 2011

¡Sorprendente!, al menos




Increíble, pero cierto. A Inda lo destinan a Veo7 y ponen en su puesto a un completo desconocido para el mundo periodístico madrileño. Hablamos de Óscar Campillo, el hasta ahora Director General de Radio y Televisión Castilla y León. Lo dicho, increíble, pero cierto. Se nos va un tipo al que muchos odiaban por su forma de entender la profesión y sobre todo por su exacerbado sensacionalismo, que en ocasiones rozaba lo absurdo. Un tipo chapado a la antigua, que bebió muchos años de la filosofía de Pedro J. al amparo de la dirección de El Mundo Mallorca, y que fue el elegido por “el de los tirantes” – como dice mi padre – para dirigir el primer diario de España.

Su trayectoria está llena de muchos claros y pocos oscuros. Inda ha conseguido batir récords de audiencia en MARCA.com (es la página más vista en español) y junto a Paco García Caridad (otro que no despierta muchas simpatías) ha colocado a Radio MARCA (700.000 oyentes) en un puesto más que respetable dentro del espectro radiofónico. Por no hablar del periódico, que a día de hoy sigue siendo el de mayor difusión.


Sus datos son impecables y difícilmente se pueden discutir. Incluso hay que reconocerle algunos hitos en lo estrictamente periodístico. Dos principalmente, el fraude de Ramón Calderón en la asamblea de socios y las exclusivas con respecto a fichajes como el de Mourinho o Cristiano Ronaldo, según dice el propio diario. Sin embargo, su paso también ha rozado lo esperpéntico, lo rocambolesco y lo surrealista. Y para verlo no hace falta irse “ ni a desiertos remotos ni a montañas lejanas” como decía Aznar el 11-M. Basta con hacer referencia a la última semana con “La quinta de Nemo”. 

Pero también con aquel famoso “¡Vete ya!” a Pellegrini, el “Acuerdo total por Villa” o el profano “Pim, pam, pum” que se filtra en el cuadro de Goya. ¡Qué decir de ellas!, salvo que no fueron demasiado bien recibidas por los compañeros de la propia profesión, que en el mejor de los casos lo vieron como un incentivo para reírse al llegar al quiosco.





Esos lienzos únicos de las portadas de MARCA le han enemistado con algunos sectores del público. Han provocado odio y amor de forma pareja. Sin embargo, y a pesar de todo, cabe preguntarse ¿Por qué Unidad Editorial lo destina ahora a Veo7 si los datos le avalan? Y ¿Por qué el elegido es Óscar Campillo? Un completo desconocido, aunque sea presunto amigo de Pedro J. (Trabajo en Diario 16 y fue responsable de El Mundo en Castilla y León). Y por último, ¿Cambiará en algo el periódico? I don´t know. El tiempo dirá. 









domingo, 13 de marzo de 2011

Antes de dormir



Estaba espeso. Pero se puso a escribir. No sabía que decir ni que hacer. No sabía si prefería dormir o aguantar hasta que alguna canción o la vieja radio de su habitación acabaran por cerrar sus parpados. Sin embargo, se puso a escribir. La Soledad, una noche más, facilitaba la tarea. Dejaba que las melodías sonaran, que las teclas acompasaran un tic-tac eterno y que los murmullos de la noche abrumaran al silencio con su amabilidad.

La Soledad, sí, ella. Blanca, como de costumbre. Callada, como habitualmente suele estar. Quieta, como aquella estatua que no desea moverse. Serena y plácida, como la noche en que Luis la vio por primera vez. Arrugada y sola, como el destino lo había querido. Siempre vestida de largo, cercana en sus gustos a la muerte, atractiva para el diablo, cariñosa con los desahuciados y excepcional con aquellos que la acercan a su regazo al calor de la noche y el duermevela. Ella, siempre atractiva a los ojos de algún joven incomprendido, de alguna pareja deshojada por el tiempo o de una señorita no correspondida por el destino deseado.

Ella fue la culpable de que Luis empezara a escribir bajo la lámpara de su habitación. Abrigado por la luz tenue del foco y un café con leche, comenzó a presionar las teclas. Tic-Tac-Tic-Tac-Tic-Tac. Un sonido repetitivo, acorde con la rutina y sumiso a la yema de los dedos. De fondo, acompañan Serrat y Silvio Rodríguez...Ojalá que la lluvia deje de ser milagro que baja por tu cuerpo, ojalá que la luna pueda salir sin ti...

Suena a paz y a alegría, a melancolía y añoranza. Suena mientras las estrellas se dicen adiós, mientras los amantes se dan la vuelta en la cama, mientras el mundo se encierra a pensar en su monotonía. Suena mientras el vestido blanco de La Soledad comienza a moverse por la habitación. Mientras Luis sigue escribiendo. Mientras ella se aproxima con delicadeza, elegancia y calidez. Mientras su baile ciega los ojos del escribidor y los adueña de su brillo. Mientras tanto, comprende que ya tiene compañía y entonces deja de escribir.

Hasta mañana.


viernes, 11 de marzo de 2011

Sucede que a veces....


Hace un tiempo que no escribo en el blog por diversos motivos: El cursillo, los exámenes (aunque en menor medida), porque estaba liado con algún relato... En fin, muchas cosas. Sin embargo, no quería dejar abandonado este espacio, y tal como hice el día que lo inauguré, dejo aquí una canción de Ismael Serrano con su prólogo para a ver si me animo en los próximos días con alguna entrada propia, sin más, aquí os lo dejo.


Prólogo de Ismael Serrano en el directo "Un lugar soñado":

Cuenta la leyenda que el viejo Sísifo fue condenado a elevar una piedra a lo alto de una montaña para justo cuando llegaba a la cima, ver como resbalaba entre sus manos y rodaba ladera abajo. De esta forma, tenía que hacer el trabajo una y otra vez sin conseguir resultados, pero en eso consistía su condena.

El amor (y otras cosas), a veces se nos antoja una tarea tan ardua como la que le fue encomendada a Sísifo. Y a veces, también, podemos llegar a pensar que ciertos fracasos son ineludibles. No siempre es así, nada está escrito o predeterminado, es más, la excusa más cobarde suele ser culpar al destino. A veces un rayo de felicidad, un destello de luz se cruza por tu camino y hace que cambien tus planes, sucede a veces que algo te eriza la piel y te rescata del naufragio.

Confiemos en los rayos de luz por muy mal que vayan las cosas...