Gana el fútbol, el Madrid no consigue
la victoria y el Barça se clasifica para las semifinales de Copa.
Quizá sean los calificativos correctos para analizar la eliminatoria
o quizá no. Eso queda para los lectores. Lo cierto es que los
blancos ayer sí salieron a jugarle de tú a tú a los de Pep. Y, si
lo hicieron ayer, ¿por qué no en el Bernabéu?
El madridismo puede refugiarse en los
errores arbitrales para explicar la derrota, en los fallos de
Higuaín, en el gol anulado a Sergio Ramos o en la suplencia de
Benzema. Razones todas ellas válidas, pero, en cualquier caso,
insuficientes. La eliminatoria se pierde en terreno vikingo
con un Pepe a la gresca y un Altintop que, probablemente, no vuelva a
vestirse de blanco. La condena se forja en Madrid con un mal
planteamiento y se extiende hasta el Camp Nou, aunque Mou se niegue a
reconocerlo: “No me arrepiento de la estrategia del partido de
ida”, dijo ayer en la rueda de prensa. Mal síntoma para su
afición.
Dejando a un lado toda polémica
circunscrita a cualquier partido de este nivel, el clásico no
defraudó. Por primera vez en mucho tiempo, vimos al Barça errar los
pases, sufrir en defensa, ponerse nervioso e, incluso, regalar la
pelota. Su posesión, de apenas un 54% al final, refleja lo
que fue la noche para los blaugranas: una auténtica pesadilla para
un equipo acostumbrado a controlar hasta la saciedad. Xavi y compañía
forjaron la cruz en el partido de vuelta; Pepe y su séquito, la
cara.
El Madrid salió sin miedo al campo y
pudo golear durante los primeros 45 minutos. Le falló la pegada y se
fue por debajo, lo que da más mérito a su reacción en la segunda
mitad. Con el Barça dormido, los de Mou se metieron en el partido
con un tanto de Ronaldo y otro de Benzema. Hubo ocasiones, ritmo,
gol, polémicas y, sobre todo, fútbol. Los dos mejores equipos del
mundo se midieron sin complejos esta última vez, quisieron jugar
a este deporte con permiso de Mou y sus inventos y nos hicieron
disfrutar. Pronto volverán a enfrentarse, y esperemos que todos
hayan aprendido la lección.
P.D: Dicho esto, el Barça fue
justo vencedor en los 180 minutos (palabra de Pep).